CASA
I
Mi pecho: amplio paraje profundo,
en medio una casa en donde me resguardo
donde me anido de cualquier fatiga
en donde mi sangre se edifica
de la unión que es fuego;
páramo de retratos vacíos
y miradas en reposo.
II
En mis cuartos íntimos de sal y carne
hay soledades y diversas distancias,
color cálido que envuelve alrededor
y que va haciendo cimientos de sí mismo.
llI
Madre, ruega por nosotros,
que no se apague nunca la llama
de sentirnos parte de un lugar
de sentir una luz en los amigos, en la familia;
llenar cada habitación con el albor
de palabras gentiles y sonrisas dulces
colmarnos de canciones.
Deberíamos incendiar el vecindario
no ceder a las cenizas,
mantener las puertas abiertas
para que entre el verbo y nos cobije,
exorcizar todos los fantasmas
y que retorne nuestro corazón de infante
porque en este sitio
empieza a helar de madrugada.
Erick Alan Hernandez Ortega
28 años
Cd. Sahagún, Hidalgo, México.